Aún cuando digas que cada quien con su cuerda!...
Ser periodista sustituirá tu nombre para siempre. Harás las veces de arquitecto y plomero, bibliotecario, diputado, gurú... Estarás siempre al filo de la navaja... Ser periodista es tocar a otro... Unas puertas se abrirán y otras tendrás que derribarlas.
Ser periodista es serlo con las vísceras. Ser periodista es dejar el hueso en el papel.
¿Pensarás que esto lo escribí? Por supuesto, aunque pienso de igual modo, la cita no es mía... Es de un colega que admiro, pero que no me atrevo ni siquiera a imitar...Siempre se lo digo... Es que no me acerco... No llego a una prosa de diálogo precioso, osado, y objetivo que trae retruécanos, metáforas como para literatura viva, pero que reconozco como periodismo con mucha imaginación y profesionalidad... Con eso sueño, insisto, pero No llego... Claro, en ese afán de hacerme sentir bien él me alienta cuando me dice... Profesora (así me vé sin yo serlo), cada quien en su cuerda se convierte en una estrella... Pero le soy sincera, aún con mis tantos años frente a este muchacho no me siento ni lucero y no me apena decirlo, todo lo contrario, me satisface que alguien de su talento, vea en mi destellos de brillo...
Y si alguna luz tengo es porque le voy siguiendo, le voy contando los pasos de esos Premios que gana con soltura, sorteando miles de escollos... Tampoco a eso llego...
El hueso en el papel, es el título de su libro que viene muy a tono con un homenaje al periodismo de crónicas aunque esté presente la entrevista... No llego a esto... No porque no quiero, sino porque no puedo... Serviría sólo para confundir al oyente acostumbrado... Sabría que no soy yo... No me premiaría porque distinguiría en mi prosa - verso, a quien no por casualidad disloca con Dulce María Loynaz, su aya, su madrina, su tutora... Su alma... Hablo de Reinaldo Cedeño Pineda... Gracias amigo... Gracias que te conozco porque con ello supe... Que NO LLEGO
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