Ese parque nombrado Carlos J. Finlay, situado en Calle Nueva entre San Jerónimo y Plácido y que usted deja a un lado cuando transita luego de la acera de la Escuela Normal quizás sin percatarse, hoy sufre la primera remodelación de su historia desde que se inauguraba por Luis Casero Alcalde de la ciudad hace ya mucho más de medio siglo.
Antes era una loma donde los niños residentes en la zona, como entretenimiento, se lanzaban en yaguas y difícil de descender cuando llovía... pero también su cima era el puesto amado por una mujer vendedora de frituras que todos compraban ante lo deliciosas que resultaban.
Nora Bravo Deroncelé, vecina colindante con la pared del parque casi desde sus inicios, nos describía aquellos momentos de gran belleza del parque que conoció...“Era un lugar hermoso que todos admirábamos por sus luces emanadas por 7 bombillas, por sus árboles y porque el pedestal del busto de Finlay estaba recubierto por un mármol negro brillante y concordante con las letras doradas que exponían quién era este ilustre hombre de ciencias.”
Un día antes del triunfo revolucionario, llegó la furia del mármol negro a la ciudad y un grupo de depredadores comenzaron a llevarse los pedazos de piedra y con ello desaparecían las letras doradas que le decoraban y rendían merecido reconocimiento a quien hizo tanto por la humanidad.
Hoy con alegría vemos trabajar a una brigada de la agrupación 2 de la Oficina del Conservador de la ciudad en su rescate, cuidando muy bien el mural en pared que dejara el evento cultural INTERNOS 2012 hace sólo unos días... Sólo duele que el pino grande, ese que tanto nos acostumbramos a apreciar en la esquina y dándonos sombra, por la deformidad creada en la acera, fuera talado junto con otros árboles similares.
“Estamos trabajando según proyecto”, dice el ejecutor de la Oficina el Conservador de la Ciudad, el técnico Pedro Bandera Lafargue... “En este se dice que se rehabilitará el piso bien deteriorado, se pintarán los 10 bancos y se colocarán en mejores condiciones las luces”
Lástima que el mármol negro no vuelva a brillar, según la idea inicial de quienes concibieron este parque que tanto aman los vecinos circundantes a esta cuchilla que divide dos calles... y pienso que con un estudio y conversación con los vecinos de quienes intervienen en los proyectos, muy bien se hubiera podido prever.
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